Un regalo de Sergio Astorga

sábado, 21 de mayo de 2011

RevoluSol

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ACTUALIZACIÓN 


Me parece importante traer a esta entrada la de una persona a la que admiro mucho, muchísimo. Ella forma parte directa y comprometida de ese movimiento del 15-M. Ella es la RevoluSol y vive en la Plaza SOLución desde hace una semana, aunque ha tenido la fuerza necesaria para acudir a la concentración de Segovia el sábado. Es muy joven, se licencia este año en Hispánicas, habla 4 idiomas. Está muy preparada y esta cochina sociedad, como a millones de jóvenes más, no se ha molestado en hacerle un hueco. Quiero traer aquí su pensamiento, que es el de muchos. Es un moderno Peter Pan, al que, de tanto en tanto, le gusta perderse en devaneos... O encontrarse, vayan Vds. a saber. 

Les dejo con  





Sí, RevoluSol.




Es el nombre que le han dado al movimiento del 15-M, que surgió el domingo pasado por la noche y con apenas 20 personas en Madrid y que se ha extendido por más de sesenta ciudades españolas y algunas otras repartidas por todo el globo. Y me gusta el nombre. Mucho más que el de Spanish Revolution... ¡Dónde va a parar!

Esta condesa de pacotilla lleva desde el miércoles yendo y viniendo todo lo que puede a la puerta de Sol, como miles y miles y miles de personas lo hacen en sus respectivas ciudades. Afortunadamente no soy nada original.
No puedo hablarles de Zaragoza, Bilbao, Santiago, Barcelona, Valladolid, Valencia, Segovia, pero sí de lo que lleva casi una semana cociéndose en el centro geográfico de la península. Es el kilómetro 0 de muchísimos cambios, ilusiones, fuerzas, generosidad, madurez, esfuerzo, profundo sentido del civismo y de la res publica.

Empezaron los muy jóvenes y son los que siguen estando ahí, en la plaza desde el domingo, trabajando, ilusionados, pacíficos, sin beber una sola gota de alcohol para que los medios de comunicación carroñeros no los acusen de haber creado un gigantesco botellón. Han sabido aglutinar a casi 30.000 personas de todas las edades, pero son ellos los que están llevando toda la carga del campamento, del movimiento, del desarrollo de la idea. Los demás intentamos arroparlos y echarles una mano en todo lo posible. Pero son ellos.

Sé que ha salido de sobra en la prensa, pero me apetece contarles lo que yo he visto. Están maravillosamente organizados. Todo está en orden y limpio. Tienen calles y espacio para circular. De un movimiento espontáneo han sabido crear en un tiempo record infraestructuras y comisiones, pero también un comunicado y un programa; heterogéneo y a veces poco concreto sí, pero que me digan quién ha sido nunca capaz de ello con esos mimbres.

Tienen cocina, almacen de alimentos, servicio médico, guardería, enfermería. Informan sobre el movimiento, pero también sobre la ley D'Hont, sobre qué es un voto en blanco, uno nulo, una abstención. Hay una tienda en la que el feminismo trabaja, dialoga y está integrado dentro del campamento. Recogen firmas para establecerse indefinidamente en la Puerta del Sol (llevaban más de 110.000 a las dos y media de la tarde) pero, al tiempo, mantienen contactos con el resto de las ciudades españolas donde hay acampadas similiares para avanzar juntos y apoyarse unos a otros. Han establecido un mostrador de voluntarios que envían a una comisión u otra para echar una mano. La gente se ha volcado con ellos: les traen alimentos, escobas, papel para las pancartas, ideas. Y han sabido granjearse con su movimiento la simpatía y el apoyo de los que están fuera. Hay quién les ha regalado servicios públicos, desayunos para todos... La gente que acude a la plaza les trae mantas, papel higiénico, agua o frutas. Colaboran con ellos abogados, médicos, ATS y dicen que hasta un juez. Algún medio de comunicación radiofónico les ha regalado equipos de megafonía, por supuesto sin ningún tipo de contrapartida.

Han repartido escritos de por qué siguen ahí, sábado y domingo, en la acampada y qué derechos constitucionales les asisten. Pero también se han distribuido por todo el recinto instrucciones sobre cómo comportarse pacíficamente ante los posibles violentos, no entrando a provocaciones de ningún tipo. Yo misma he visto esta mañana como un individuo furibundo blandía una garrota mientras decía que había que traer las ametradalladoras y cargarse a la mitad de los que estaban ahí. Nadie, absolutamente nadie, ha respondido a la provocación. Saben qué hacer en caso de que la policia entre a disolverlos: permanecer juntos, tomados por los brazos. Sentarse si es necesario y caso de que los tomen para desalojarlos, dejar el cuerpo inerte y poner los brazos en alto para no oponer la menor resistencia.

Trabajan como locos, apenas duermen. Con una sonrisa te responden que es tanta la gente que se ha volcado que no pueden aceptar más ayuda para cortar fiambres, ensaladas o frutas. La cocina funciona como la de un chef. Continúa habiendo asambleas, se ceden la palabra, no hay malos gestos, ni impaciencia, ni se quitan el turno unos a otros. Son maduros, trabajadores. Existe un servicio que ellos llaman de respeto para que no se beba alcohol. Reparten agua continuamente y a todo el mundo, así como protección solar (les aseguro que debajo de las lonas de acampada hacía hoy un calor de mil demonios). Ofrecen bocadillos a quién quiera y lo solicite. Dan generosamente la comida a los mendigos o gente mayor que se acerca a ellos.

Solamente piden que no se haga fotos a las personas que están allí trabajando. En las que Vds. van a ver en el vídeo, predominan las de carteles, vistas generales o las de aquellas personas que me han autorizado a que les tomara la instantánea. He tenido el placer de observar a críos y mayores pintando pancartas al alimón, en las que los soles se distribuían por todas las partes. Los chavalines juegan a los piratas en la guardería, pero hay tiempo también para la lectura, el ajedrez, la música y la reflexión de los adultos bajo las lonas regaladas por gente que está con ellos.

Y también he visto emocionarse a un obrero jubilado de la Barreiros, dándole un enorme abrazo a un muchacho insultantemente joven y peinado con rastas. Y a un republicano gritar a través del megáfono y con voz entrecortada un Viva la República.... Y eso marca, marca profundamente.

Algunos, más escépticos o escamados pueden tener todavía dudas de qué significa realmente este movimiento y cuánto va a durar. Les diré que los entiendo, de verdad. Pero también les digo que si se pasaran por aquí o por las acampadas de tantas y tantas plazas españolas o europeas, casi con toda seguridad se les acababan las dudas. Es un verdadero subidón, una alegría, un algo difícil de explicar que te sube desde la boca del estómago y te hace sentir increíblemente bien. Mira que nos hemos quejado de que no se les veía, de que dónde estaban, de que vaya juventud...

Pues han sido ellos, precisamente ellos (y continúan y continuarán siéndolo), los que han hecho realidad esa pequeña o grande utopía. Son profundamente políticos y ciudadanos; comprometidos con su tiempo y con su entorno y con su realidad y con sus conciudadanos. No piden nada que no se pueda cumplir.

Y nosotros, los que pasamos de los cuarenta o los cincuenta, los que más les hemos echado en cara a veces su pasotismo, hoy nos sentimos profundamente emocionados. Yo me he sorprendido a mí misma dándoles las gracias un par de veces por lo que estaban haciendo. Porque a los que llevamos años pidiendo un movimiento ciudadano y creíamos que aquí ya era imposible, nos han demostrado que no solo no era utópico, sino que además se puede lograr. Sin manipulaciones, sin ser correa de transmisión de nadie.

Cuando este mediodía subía por la calle de la Montera, camino de la Gran Vía y de casa, he visto a la "Ballena azul" del intercambiador de Renfe, que parecía avanzar entre una ola de pancartas, camisetas, pelos largos y barbas. He tenido la certeza absoluta de que estaba formando parte (milimétrica, pero parte al fin y al cabo) de algo muy importante, muy esperanzador y muy ilusionante.

Y estoy firmemente convencida de que si il signor Boccherini hubiera podido trasladarse desde el Siglo de las Luces hasta este campamento de la RevoluSol, les habría regalado de mil amores, como una manta o un alimento más, sus Seguidillas de La Ritirata Notturna di Madrid. Son ellas las que envuelven hoy en esta bitácora las ganas de estos chavales de cambiar el mundo.

Esta tarde a las ocho volveré a estar con ellos. Y sé que muchos de Vds. que no pueden hacerlo materialmente, vendrán  conmigo.

Con el vídeo de una hermosa REALidad les dejo.

Hasta pronto.





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viernes, 13 de mayo de 2011

Le bourgeois gentilhomme: Molière y Lully en estado de gracia

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Para Charles de Batz y Martine,
que aman a Francia tan profundamente.










El pasado domingo por la tarde, aprovechando una inusual visita familiar, esta condesa dejó a su consorte en manos de los cuñadísimos y se escapó de casa con la inconfesable (a los cuñadísimos) intención de asistir, en compañia de dos amigos de la infancia, a una de las tardes musicales más divertidas, deliciosas, espléndidas y sugerentes que ha tenido en mucho tiempo.

Sé que debería boicotear a la Fundación Canal y a la Comunidad de Madrid por la futura venta de nuestro agua a una empresa privada, mas les confesaré que no pude resistirme. Intenté excusarme a mí misma diciéndome que la Fundación todavía la pagamos todos los madrileños y que hay que disfrutar de sus actividades culturales antes de que desaparezca, pero he de decirles que llegué a la Sala Roja de los Teatros del Canal con un molesto runrún en la conciencia. Con todo, faltaría al rigor si no les añadiera que tardé bien poco en dejar de oírlo, antes incluso de alzarse el telón y a la sola vista de los instrumentos barrocos: oboes, flautas dulces, cornamusas, tiorbas, violas da gamba... y de unos músicos jovencísimos, alegres y entusiastas ya en sus afinaciones. He de contarles además que nuestras localidades estaban en la parte superior de la platea, algo más alejadas de la escena pero en alto (que los precios eran baratos con relación a lo que íbamos a ver, pero caros en términos absolutos). Y gracias a esa particular localización, nada más sentarnos nos sentímos como el mismísimo Rey Sol y María Teresa de Austria en Versalles.

Tengo el DVD en casa de ese mismo montaje que ya cuenta con 7 años, pero no es lo mismo. Créanme cuando les digo que no es lo mismo. Voy a ponerles en situación.

Imagínense que se encuentran Vds. en las localidades antes descritas, casi saludando a su fastuosa corte y obviando, obviamente, la incomodidad de una butaca moderna, que tendría mucho diseño pero estaba totalmente contraindicada para más de cuatro horas de representación... En sus caras, la sonrisa indisimulada de lo que ya adivinan va a desarrollarse en breve. En su regazo, el programa de mano:





¿Están listos?..

Pero no....

...Esperen. Dejaría de ser quien soy si les librara de las explicaciones previas... ¡Ah, lo siento! pero como comprenderán no voy a desaprovechar que los tengo a mi merced y sin poder levantarse de esos incómodos escabeles. La ocasión la pintan despelucada y empolvada hasta las cejas.

Quizá esta vez el preludio sea más largo de lo habitual (no se me queje malvado Amulio, que le estoy viendo); no obstante, creo que se alegrarán de la charleta que voy a darles pues seguramente después puedan disfrutar tanto del espectáculo como me ocurrió a mí. Me comprometo a intentar que les parezca lo más ameno posible. Eso sí, les advierto que, como dice mi querido Nàn, parecer y ser son antónimos. Traten por tanto de llevarlo lo mejor posible.

El motivo que llevó a Molière y Lully a escribir y componer su undécima y última comédie-ballet juntos tiene un origen algo rocambolesco y puede que totalmente falso. En todo caso no deja de ser en cierto modo "exótico" y dará lugar a lo largo de la farsa a no pocos motivos de diversión y hasta de hilaridad.

Verán...

En 1669 un enviado del Gran Turco, Solimán Aga, visita la corte de Luis XIV. Éste, para demostrarle el poder y la riqueza de Francia le agasaja con interminables, suntuosas y carísimas fiestas. El tal Solimán se muestra pretencioso, inabordable y tan presumido que todo el mundo lo toma por embajador. Pero hete aquí que una carta de su gobernante descubre que es un simple funcionario con tareas de correo. Excuso decirles a Vds. el bochorno que sufrió Luis XIV por el ridículo que hizo toda la corte francesa en los festejos. Cuentan sin embargo las crónicas que, como era todo un caballero, el rey encajó sin inmutarse el uppercut y decidió convertir ese ridículo en una de las obras más delirantes del teatro clásico francés. El encargo, como casi siempre, fue recogido por los dos Jean Baptiste quienes, a partir del "ballet turc ridicule", crearon una pieza maestra en la que texto hablado o declamado, ballet, música, danza, velas y vestuario exótico constituyen un todo homogéneo, chispeante y genial.

El argumento, resumido grosso modo, nos presenta a un comerciante nuevo rico, tosco e inculto, que pretende codearse con la cultivada aristocracia tomando clases de arte, esgrima, filosofía o danza aun no estando dotado en absoluto para ninguna de las disciplinas. Sus maestros se burlan de él en privado mientras lo halagan falsa y exageradamente ante su presencia alargando la mano para recibir su dinero, en tanto el burgués se pone continuamente en ridículo alardeando de su necedad. Aparece a continuación en escena un noble que también con falsos halagos le saca continuamente fuertes sumas en libras para conseguir los favores de su enamorada la marquesa Dorimène, a la que a su vez pretende el ridículo dueño de la casa. Llevado de sus ínfulas, nuestro ricachón Monsieur Jourdain, no quiere dar la mano de su hija Lucile al novio Cléonte por no ser éste un caballero. Mme. Jourdain y la criada Nicole no soportan ya a ese fatuo estúpido y petimetre en que se ha convertido su marido y señor con tantos delirios de grandeza no sabiendo qué argumentar para que recobre la sensatez y la cordura.
Para resolver la situación al criado de Cléonte, Covielle, se le ocurre una farsa que dará al traste con los propósitos de nuestro buen hombre y permitirá que Cléonte y Lucile y Covielle y Nicole puedan casarse. En ella, por unos u otros motivos, intervendrán Mme Jourdain, su hija, el novio de ésta y su criado, la criada, así como los dos nobles. Covielle se disfraza de emisario del hijo del Gran Turco y emboba a nuestro protagonista con el caramelo de nuevos honores y cargos, añadiendo que su señor se ha enamorado de la hija Lucile y quiere casarse con ella. Se organiza una gran fiesta en la que Cléonte se viste como el hijo del Gran Turco. Todos están al cabo de la trama menos Monsieur Jourdain. Éste considera que el pretendiente es lo suficientemente bueno para su categoría social, con lo que le entrega la mano de su hija tras recibir un hipótetico gran cargo en la corte turca. Los nobles burlan los intentos de acercamiento por parte del rufián a la marquesa y finalmente también deciden casarse.
Mientras esperan la llegada del notario que los case, se representa una obra de teatro con tres cuadros en las que se describe cómo expresan y sienten el amor los españoles, los italianos y los franceses. Finalmente todo el mundo consigue sus propósitos, las tres parejas se casan y se supone que Monsieur Jourdain, maltrecho, ridiculizado y habiendo corrido con todos los gastos, se da cuenta del engaño y reconoce la necedad de su actitud.

Con todo, el personaje protagonista no está exento de ingenuidad y gracia, amén de una generosidad monetaria y de alma y de una búsqueda de la belleza que nos lo tornan fundamentalmente simpático y atrayente. Es la víctima, sí, pero también es el hacedor puesto que sin su dinero y sus ganas de mejorar intelectualmente, la obra y la trama no habrían podido ponerse en pie. No quiere casar a su hija con quien ella ama y su mujer y la criada no soportan ya su petulancia, pero es él quien los mantiene a todos con su trabajo. No pierdan de vista pues a nuestro Monsieur Jourdain, que es el auténtico demiurgo de la obra y sean condescendientes con él, que es bonachón e ingenuo por naturaleza y sabe encajar las críticas.

La pieza ha sido representada multitud de veces a los largo de tres siglos y cuarto desde que se hiciera por primera vez en Chambord en 1670. Me dirán entonces Vds. con razón que a qué viene tanto alboroto porque la obra haya sido interpretada una vez más. Y aquí es donde viene la novedad. La obra que yo vi y disfruté el domingo es casi exactamente la misma que vieron y disfrutaron los monarcas franceses y su corte. Es decir, hasta 2004 no se había vuelto al texto, la música, los instrumentos, la escenografía, la dicción, la declamación y la entonación justas de la Corte del Rey Sol. Ello la convierte pues en una versión especialísima. No es que yo lo diga, es que lleva siete años recorriendo el mundo y ha despertado el mayor entusiasmo que pueda imaginarse, por no hablar de su rotundo éxito allá donde ha sido puesta en cartel.

Molière y Lully concibieron -según palabras de Jean Paul Combet, artífice de la idea- la comédie-ballet como una forma de "coser" juntos teatro, música y danza sin "romper el hilo" de la obra. El teatro barroco francés de carácter cómico, como el de sus otros contemporáneos europeos, tiene un ingrediente sorpresivo imprescindible. Todo es locura, movimiento en escena, triángulos amorosos, farsas, tramas para engañar. Como diríamos en este siglo, "vodevil" comm'il faut pero con muchíiiiiisima clase. Y con muchísima clase porque a lo largo de toda la pieza su protagonista está pisando la línea que separa lo ridículo de lo bello, lo rufianesco de lo caballeroso. Ese frágil equilibrio es el que da un profundo sentido a la representación y que resulta novedosamente transgresor en el teatro/espectáculo del siglo XVII. No hay pues solo chanza, diversión y entretenimiento pues el camino que nos abre Molière al misterio y la reflexión profundas asoman continuamente a lo largo de la obra. Ni que decir tiene que la belleza de la danza y de la música de Lully son conditio sine qua esta pieza maestra non habría llegado a tal.

Por último y siguiendo las explicaciones de Vincent Dumestre, director artístico de esa mise en scène genial, me gustaría hacerles notar que resulta excepcional en la trayectoria teatral de Molière llevar al núcleo fundamental del tema de la obra la dualidad del arte barroco: bello, delicado y ligero por un parte, pero producto de una sofisticación suprema. Bajo su aparente liviandad, frivolidad incluso, se esconde un arte complicado y complejo, dificilísimo. Ya el hecho de "coser" diferentes manifestaciones artísticas es un buen ejemplo de ello.

La genialidad de comediantes, bailarines, músicos, y toda la troupe de Le Poème Harmonique que han llevado a cabo magníficamente este proyecto, ha supuesto un análisis exhaustivo de algunas escenografías originales que se han conservado de El burgués gentilhombre. Observarán que ni las "erres" ni las terminaciones del francés que ellos usan son iguales a las del idioma actual. Se ha estudiado en profundidad la lengua y la forma de recitar, declamar o cantar de la época. Los instrumentos tienen iguales carencias técnicas que los de 1670. Se ha cuidado hasta el mínimo detalle la mímica en la escena pues podrán comprobar que los personajes no dialogan entre ellos sino que miran al espectador. Se ha llegado a revisar incluso la forma de actuar, de lenguaje expresivo y de delicadeza del teatro japonés o chino del siglo XVII. Por último, la iluminación a base de velas, en lámparas de araña o en rampas, contribuye, amén del valor de su carácter historicista, a crear una atmósfera de ensueño y también de concentración, tanto del comediante, bailarín o cantante, como del público.

Tres artes reunidos en un ensemble desfrenado, magnífico y loco.

Ahora pues, sí. Ahora ya estamos todos preparados para que la representación comience. Solo queda disfrutar de ella.


Las luces se apagan y la obertura luminosa y algo solemne surgida de la imaginación y el saber de Lully y que Vds. mis asiduos lectoyentes han escuchado más de una vez en esta bitácora, se adueña del teatro:


J.B.Lully (1632-1687). Le bourgeois gentilhomme (El burgués gentilhombre). Obertura. La Petite Bande. Gustav Leondhart, director. Sigisvald Kuijken, primer violín. Deutsche Harmonia Mundi, 1988


Entonces, el telón se alza y comienza el espectáculo. Una escena no muy grande iluminada exclusivamente por velas en el proscenio y en grandes candelabros que se deslizan desde el techo y que apenas se verán a lo largo de la representación pero que cumplen su función de alumbrar la obra. Una escenografía de fondo, metálica y en color cobrizo, que susurrará suaves vibraciones dando un tono mortecino a lo largo de la representación. Una bailarina menuda se pasea por el escenario encendiendo los mencionados candelabros. Y desde esa primera imagen, la magia y la delicia se apoderan de los que ven y escuchan.



Teatro de Molière en estado puro. Nuestro personaje se nos muestra en escena tal y como es: ignorante y bonachón a un tiempo.


(vía andsper)



Aunque, de vez en cuando y en medio de la vorágine, se escuchan fragmentos reposados y soberbios como éste. Canto y música expresan el mal de amor y las diferentes formas de expresarlo y sentirlo en un espléndido triángulo amoroso. Mientras, nuestro burgués se ha dormido sin remedio.


(vía Baroquefever)


... Monsieur Jourdain se viste con boato y ceremonia para seducir a la marquesa Dorimàne. Danza y música lo llenan todo


(vía veraeikon)



[Por razones obvias de espacio no he podido traerles más que algunos fragmentos. Si quieren disfrutar de la obra completa les dejo los enlaces del tubo correspondientes a las diferentes partes de la obra subidos por pitonisa62
Parte I Parte II Parte III Parte IV Parte V
Aún así, si quisieran disfrutar cómodamente de la obra en el salón de su casa, en pantalla más grande y con la facilitadora traducción, escríbanle un correo electrónico a la condesa y ella les explicará de mil amores cómo.]



¿Recuerdan que la semana pasada esta condesa les dijo que pasarían unos cuantos días antes de que recibieran una nueva entrada? Pues ya ven que no. Parece mentira que no escarmienten Vds... Cuando me despido hasta pronto, las Variacionesenmudecen más de lo normal y si les advierto de que no va a haber movimiento en mucho tiempo, me falta el ídem para publicar novedades. Para evitar posibles o nuevos equívocos, dígamos que hoy me despediré de una forma nueva pero ad hocpara esta entrada...

¡A la francesa!


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martes, 3 de mayo de 2011

Arnold Schönberg: Noche transfigurada

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E. Schiele. Retrato de Arnold Schönberg 
1917. Galería del Belvedere, Viena.


Por lo general, cuando escucha o lee la palabra Schönberg (o Schonberg, a la americana, que es como a él le gustaba ver su nombre escrito), a una buena parte de los humanos, incluídos aquellos que poseen buenos conocimientos y una manifiesta debilidad por la música clásica, se le encogen las circunvoluciones del cerebro por el espanto, al tiempo que sus neuronas comienzan a sufrir  severos cortocircuitos alternos y persistentes mientras se le iluminan dentro del cráneo letreros de neón con términos tales como dodecafónico o atonal y, acto seguido y sin solución de continuidad, una fecha multidireccional fosforescente en cuyo interior parpadea de manera furibunda un huir inmediatamente.

Y sin embargo, yo me atrevería a decirles que la obra del polifacético compositor, por aquel entonces aún austrohúngaro y no checo, es mucho más que eso. De acuerdo en que no soy una experta y haberlos haylos para ponerle etiquetas, pero fíjense que después de más de dos años absolutamente fascinada por su música me atrevo a decir que podría ser definido perfectamente, al menos pero no solo en la primera etapa de su vida, como "el último romántico" alemán.

La idea de que las composiciones surgidas de su mente y su forma de teorizar y llevar a la práctica sus inquietudes y búsquedas musicales han transformado la música "culta" del siglo XX e incluso la del XXI es algo que ya nadie pone en duda. La tensión entre forma y contenido de la mayor parte de su obra, la evolución, no tan repentina como algunos piensan, hacia una desestructuración de la armonía académica o su continuo afán por descubrir nuevos modos y temas y profundidades musicales se merecen en sí mismos una serie de varias entradas, pero no creo ser la persona más apropiada para llevarla a cabo. Con todo, no me resigno a que la mayor parte de mis lectoyentes sigan arrugando la nariz al solo sonido de su nombre. Es por lo que creo que merece la pena intentar ahondar en otras etapas compositivas de este ciudadano, vienés primero; berlinés, barcelonés y parisino a tiempo parcial y californiano por último y debido a su huída de Europa por  su manifiesta animadversión al nazismo. Así pues, hoy les traigo una de las primeras obras de este compositor autodidacta, empapada todavía del sentido brahmsiano de la variatio  y del concepto del poema sinfónico de Wagner, en una imbricación imperfecta, dramática, profundamente sentimental, en el más noble sentido del término.

Verklärte Nacht (Noche transfigurada) fue compuesta en 1899,  a caballo entre dos siglos. Pero también a caballo de dos formas de entender la música, el arte, la vida en general. No podemos olvidar que en aquellos momentos Viena era ya, y continuaría siéndolo hasta el estallido de la PGM, un auténtico hervidero de nuevas formas musicales (Zemlinski o Mahler), pictóricas (Klimt, Schiele, Kokoschka, Kandinsky, el propio Schönberg y los miembros de Der Blaue Richter), arquitectónicas (Otto Wagner, Olbrich o Loos), de pensamiento filosófico (Freud o las ideas de un recién fallecido Nietzsche), literarias (Dehmel, Werfel o Roth). Pero es que además está obra está  inspirada directamente en un poema dual de Richard Dehmel, en el que lo descriptivo y lo dialogado, la forma breve y la estrofa, el hombre y la mujer, la tiniebla y la luz, el abandono y el amor, el sentido de la culpa y la liberación de ésta, la tristeza y la alegría, la muerte y la nueva vida chocan continuamente entre sí, creando una tensión dramática y un entretejido de texto y música tal, que hacen de "este poema sinfónico para cuerda" la pieza más conocida y menos rechazada de la obra de Schönberg, pintor a tiempo parcial y siempre músico.

Intentaré no hacerlo muy largo por lo que, por fortuna para Vds., las aburridas explicaciones teóricas se verán reducidas en  lo posible. Eso sí, de la guía de escucha no van a librarse tampoco esta vez. De todas formas, les adelanto que la música se basa  tan fielmente en el poema que no van a tener el menor problema en seguirla y disfrutarla.

Unas breves palabras sobre el autor del poema. Amigo personal de nuestro compositor, incluso alumno suyo en lo que a enseñanza musical se refiere, Richard Dehmel era muy conocido y popular en las dos últimas decadas del XIX y su influencia en la literatura en alemán de la época y posterior fue más que notable. Muchos lieder de Strauss, Zemlinski o Weber se componen a partir de sus poemas. Su universo lírico, basado en la  relación hombre-mujer sincera y sin ataduras y cargado de conceptos como el amor libre o la libre unión erótica, es definitorio en su corpus de poemas. La amistad con Mahler o Strinberg no era en absoluto ajena a esas ideas.

El poema Verklärte Nacht pertenece a su libro Weib und Welt (Mujer y Mundo) y creo que ha llegado el momento de que disfruten del mismo:



Verklarte Nacht


Zwei Menschen gehn durch kahlen, kalten Hain;
der Mond läuft mit, sie schaun hinein.
Der Mond läuft über hohe Eichen;
kein Wölkchen trübt das Himmelslicht,
in das die schwarzen Zacken reichen.
Die Stimme eines Weibes spricht:

Ich trag ein Kind, und nit von Dir,
ich geh in Sünde neben Dir.
Ich hab mich schwer an mir vergangen.
Ich glaubte nicht mehr an ein Glück
und hatte doch ein schwer Verlangen
nach Lebensinhalt, nach Mutterglück
und Pflicht; da hab ich mich erfrecht,
da ließ ich schaudernd mein Geschlecht
von einem fremden Mann umfangen,
und hab mich noch dafür gesegnet.
Nun hat das Leben sich gerächt:
nun bin ich Dir, o Dir, begegnet.

Sie geht mit ungelenkem Schritt.
Sie schaut empor; der Mond läuft mit.
Ihr dunkler Blick ertrinkt in Licht.
Die Stimme eines Mannes spricht:

Das Kind, das Du empfangen hast,
sei Deiner Seele keine Last,
o sieh, wie klar das Weltall schimmert!
Es ist ein Glanz um alles her;
Du treibst mit mir auf kaltem Meer,
doch eine eigne Wärme flimmert
von Dir in mich, von mir in Dich.
Die wird das fremde Kind verklären,
Du wirst es mir, von mir gebären;
Du hast den Glanz in mich gebracht,
Du hast mich selbst zum Kind gemacht.

Er faßt sie um die starken Hüften.
Ihr Atem küßt sich in den Lüften.
Zwei Menschen gehn durch hohe, helle Nacht.



La noche transfigurada


Dos personas caminan a través de un desolado y frío bosque;
la Luna los acompaña, y ellas la contemplan.
La Luna se desplaza por encima de los altos robles;
ni una nubecilla enturbia la luz celeste
hacia la que se yerguen las negras cumbres.
La voz de una mujer habla:

Llevo un hijo dentro de mí, que no es tuyo,
camino en pecado junto a ti.
He cometido conmigo misma un grave delito.
No creía más en la felicidad
y, sin embargo, sentía un fuerte anhelo
de dar sentido a mi vida, de sentir la felicidad materna
y el deber; por eso tuve la desvergüenza
de permitir estremecida que mi sexo
fuese tomado por un hombre extraño
e incluso me sentí bendecida por ello.
Ahora la vida se ha vengado:
ahora que te he encontrado a ti, ¡oh! a ti.

Ella camina con pasos torpes.
Ella mira hacia lo alto: la luna la acompaña.
Su mirada sombría se anega en luz.
La voz de un hombre habla:

Que el niño que has concebido
no sea una carga para tu alma.
¡Oh, mira, con qué claridad resplandece el universo!
Todo está rodeado de esplendor;
tú me empujas hacia un frío mar,
y, sin embargo, nuestra propia calidez centellea
de ti en mí, de mí en ti.
Ella hará que el extraño niño se transfigure;
darás a luz como si fuese mío;
tú me has aportado el esplendor,
de mí mismo has hecho un niño.

Él la abraza por sus fuertes caderas.
Su aliento se besa en los aires.
Dos personas caminan a través de una noche sublime y clara.
                                                                    
                                                                             Richard Dehmel
                                                                                                                              (Trad. Gabriel Menéndez Torrellas)




Hermoso, ¿verdad? Y heredero del romanticismo alemán de todas todas. Como les indicaba antes, la poesía se estructura en cinco partes bien diferenciadas, tanto formal como conceptualmente. 1ª, 3ª y 5ª, mucho más breves y de corte descriptivo y 2ª y  4ª, más extensas y trenzando entre ambas un diálogo dramático. La dualidad a la que me refería al inicio de la entrada es evidente. La belleza, la suavidad, la melancolía, la esperanza del texto, definitorias y resplandecientes.

Y sobre estos mimbres levantó Schonberg una bellísima, atractiva, fascinante composición. Y como la poesía de la que surge, consta también de cinco partes que se corresponden con las de ésta: Sehr langsam - Breiter -  Schwer getont - Sehr breit und langsam -  Sehr ruh [más o menos: Muy despacio (Adagio molto) - Más amplio (Largo assai) - Pesadamente marcado (Pesante/Grave) - Muy amplio y lento (Largo e Adagio molto) - Muy tranquilo o suave (Adagio)]. He de hacer notar que tanto la traducción como la equiparación a los términos son mías y están hechas como diox me dio buenamente a entender y para que Vds. me sigan. Para nada lo tomen como algo académico. Como es altamente probable que la traducción sea en algunos casos errónea y no se equipare a los términos ortodoxos musicales al uso, se agradece cualquier aportación por parte de los germanotranscriptores o los músicos, que esta bitácora puede presumir de tener como asiduos visitantes unos cuantos en una y otra rama.

No tendrán ningún problema en apreciar los diferentes movimientos pues van separados por leves pausas. Además el ritmo les dará pistas sobre el cambio. La ventaja añadida es que los fragmentos musicales se adaptan como un guante al poema. Descripción de la naturaleza en los impares; expresión de sentimientos humanos, en sus complementarios. Los impares forman un solo bloque,  con  preludio, interludio y postludio. Y así nos van marcando el camino que la pareja sigue desde la más absoluta desolación y soledad en un bosque escondido bajo las tinieblas (1), pasando por la breve iluminación de la luna que ayuda a la mujer a caminar y hace que conciba esperanza (3),  hasta el triunfo de la claridad, la serenidad, la luz (5). No hay drama en ninguno de los tres. Musicalmente, la variación a lo Brahms articula las tres piezas y la pliega a la descripción.

El drama se desarrollará por el contrario y con toda su fuerza en los movimientos pares, en los que la sensualidad está fuertemente marcada. La tensión dramática asciende o desciende en el mismo orden que en el poema, sustentada por los crescendi y rallentandi sucesivos. Ahora no hay variaciones sobre un mismo tema, sino varios leitmotiv, como sucede en la ópera wagneriana. Son ellos los que permiten que la música se adapte con precisión al poema como una segunda piel sobre éste. En el primer caso, la tristeza, la agitación y la fiebre del sentir de la mujer y de su sensación de pecado cristalizan en el temblor de los violines, en ese movimiento progresivamente ralentizado (2). Por el contrario, el cuarto movimiento es mucho más suave, marcado por los violoncellos. Su sonido modulado y sereno pone voz a la respuesta reconfortante de su compañero.

Y el movimiento final, aun siendo descriptivo, presenta múltiples atisbos de atonalidad (mucho más que en el resto de la obra, aunque ahí puedo patinar de manera ostentosa). Yo no sé definirles la atonalidad; solo sé que la siento. Es como un desvanecerse, como el triunfo de la suavidad sin dominio alguno. Esos pasajes que parece que se empeñan en llevarle la contraria a lo que nuestro cerebro nos adelanta. Y esa atonalidad puede llegar a crear angustia y ansiedad o todo lo contrario: la más profunda y desvaída serenidad. Y siempre tengo esa sensación al escuchar el final de esta obra. El biógrafo y alumno de su creador, Egon Wellesz lo describió así, en 1921: "Ahora, sólo la naturaleza tiene la palabra. Con una dulzura de infinita pureza, la música pinta el cuadro de un bosque solitario envuelto en una viva claridad. Rodeada por una indecisa melodía se estremece aún la dicha de los dos seres que se han reencontrado". Pues eso, exactamente eso.

La versión original fue estrenada en la Kleiner Musikvereinsaal de Viena, en marzo de 1902. Como se pueden imaginar esa mezcla entre la variación brahmsiana y la sonoridad de Wagner por un lado con pasajes de una más que incipiente atonalidad desconcertó al público. Ni les hablo ya del erotismo del poema transcrito a la pieza musical, porque, más que desconcertarles, yo diría que directamente los turbó. Se prohibieron las audiciones posteriores en dicha sala. La que hoy pueden escuchar a continuación, mis queridos lectoyentes, es sin embargo la transcripción que el propio compositor realizó para orquesta de cuerdas, con partitura para contrabajos. Fue estrenada por el mismo Schonberg en 1919 y revisada definitivamente por él en 1943.

A pesar del rotundísimo fracaso en el día de su estreno y del escándalo que provocó, les aseguro que Dehmel quedó fascinado por la fiel reinterpretación musical de su poema. Espero que a Vds. les suceda exactamente lo mismo. Yo desde luego me confieso enamorada sin remedio de esta Noche Transfigurada.

Una última recomendación: intenten echarle un vistazo a la obra pictórica que dejó Arnold Schönberg. Vale la pena.

Espero que hayan conseguido llegar sanos y salvos hasta aquí. Bueno, Vds., su mente y sus oídos. Confío también en que la obra les haya proporcionado serenidad y belleza en la espera y que la guía les haya sido de utilidad. No me olvido de mencionar que la primera vez que la escuché en directo la disfruté muchísimo pues previamente me había apoyado en textos de Gabriel M. Torrellas y Juan Manuel Viana. El ritmo de la guía tal y como se la he descrito ahora ha corrido de mi cuenta con los conocimientos que entonces aprendí. La escucho tan a menudo que casi me la sé de memoria. Como tal opinión, absolutamente subjetiva, es susceptible de enriquecerse o modificarse con las que Vds. voluntariamente aporten.

Como tengo el ánimo vago para escribir y cada vez que me da por actualizar las Variaciones me quedo algo exhausta, quizá la próxima entrega se demore un poco. Pero no se hagan ilusiones, que siempre vuelvo.

Mientras tanto, disfruten de esta primavera cambiante y traviesa. Si la alergia no se lo impide salgan al campo, que está precioso y aprovéchense de los días cada vez más largos y cálidos. Con los tiempos que corren eso es más que un privilegio. Yo por mi parte casi estoy preparando ya un todavía improbable viaje en junio. Y se me hace la boca agua solo de pensarlo, aunque no se materialice... ¡Ah, se siente!, que llevo un montón de meses sin hacer una sola excursión, ni siquiera a la Casa de Campo y mi annus horribilis no se lo deseo ni a mi peor enemigo.  Y no se me quejen, que Vds. acaban de volver de Semana Santa.

Intenten pues sufrir lo menos posible, que les va a dar igual y no está el horno para desgastes inútiles.

Buenas noches.


A.Schönberg (1874-1951). Verklarte Nicht (Noche transfigurada). Op. 4, 1899. Versión para orquesta de cuerda del propio compositor realizada en 1917. Tapiola Sinfonietta. Jean-Jacques Kantorow, director. BIS, 1995. ELPAIS, 2004.




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