Un regalo de Sergio Astorga

miércoles, 29 de febrero de 2012

Autopresentación

.



- ¡Ya era hora, señoooooora condeeeeeeesa!

- Lo siento, jefa pero ando ocupada de veras. Mucho.

- ¿De modo que nuestra nunca bien ponderada aristócrata se ha dignado aparecer por esta "su" bitácora?... ¡¡¡¡Cuánto honoooorrrr, señora condeeeeeesaaa!!!!

- Tampoco hay que emplear el retintín, estimaaaaaada administradora... Ni ponerse boooorde, que la cosa no es para tanto y a mí también se me da de maravilla, si quiero, rebajarme al nivel de la señooooora administradooooora del blog...
Pero tengo más clase... ¡uhhmmm!

- Vaya, vaya, nuestra anfitriona blogocósica, cuando quiere, sabe hacer gala de una elevada dosis de dignidad y orgullo.

- A ver, a ver querida, dejemos las cosas claras y tengamos la fiesta en paz. Seguramente no sepa que mi natural geminiano me permite comportarme a un tiempo como el mismísimo duque de Alba o como la manola más plantá y respondona de la pradera de San Isidro. De modo que mucho cuidado con las palabras y menos pitorreo en el uso de ellas, no acabemos Vd. y yo como el rosario de la aurora (o el de Biber), tirándonos del moño, comportándonos como un perfecto par de arrabaleras verduleras o verduleras arrabaleras que el orden de factores no altera el producto y lo cortés no quita lo valiente.... (¡ahhhhh, un respiro, que me ahogo!)... Y acaben yéndose administradora y curranta de la bitácora músico-festiva a hacer gárgaras y, con ellas, las dichosas Variaciones de marras, sean 2 ó 1, o 1 ó 2, que lo mismo da que da lo mismo y diox las cría y ellas se juntan...
Así pues, si quiere que yo siga currando aquí, sea poco o mucho, tráteme con un poquito más de respeto, que soy mayor que Vd. en edad, dignidad y gobierno... y lo tengo todo atado y bien atado...

(A mí me va a ganar esa vulgarcilla (¿o debiera decir pulgarcilla?, jejeje) oficinista a algo, aunque sea a decir ordinarieces...
Por cierto, ¿de dónde habré sacado yo la última frase?)


Bien, una vez terminada esta tonta plática entre la jefa y yo y dado que, cautiva y desarmada (¿de qué me sonará esto también?... qué día más bobón y sonoro llevo) la antes citada jerarca inmediata superior ha abandonado definitivamente la discusión y la bitácora, paso a lo que realmente importa: a saludar y a trabajar un poco, que ya era hora, ¿no?

El hecho de que hoy disponga de algunos minutos para sentarme con calma al ordenador y "hacerme viva" que dicen los italianos, no quiere decir que ande la pata del romano más desliada. Que sigo sin parar, vaya... ¡Qué estrés!
Sin embargo no quería dejar pasar más tiempo sin saludarles y decirles que todo está bien pero con las horas del día escasas y cortas. Y aunque seguramente Vds. se empeñarán en asegurarme que son 24 y bien orondas, repletas y hermosas, ya les digo yo que no, que eso no puede ser cierto, que probablemente esa afirmación sea producto de un contubernio judeo-masónico (¡anda, otra frase sonora y no sé de qué... ¿Será que mi memoria va más despacio que yo y me la voy dejando por todas partes?... Va a ser eso) que trata de hacernos creer lo que no es, como siempre...





¿Por dónde iba? Bueno, es igual. Lo cierto es que me he sentado con la intención de escribir una entrada netamente musical sobre Gioacchino Rossini, para celebrar que hoy habría cumplido 220 primaveras  (sí señor, que nació en bisiesto y su obra y él mismo son la alegría de vivir hecha música) y con la estúpida discusión laboral se me ha ido el santo al cielo y ya ven qué desastre de post. Un montón de líneas para no decir absolutamente nada. Me gustaría hablarles de algo que les interesara, les divirtiera, les enseñara, pero tanta bobería ha dado al traste con las buenas intenciones...
¡Ojalá existiera un compositor, una obra, un motivo que se presentara solo... Así sería más rapidito y saldríamos todos ganando. Vds. se ahorrarían los larguísimos preámbulos que suelo escribir y yo podría dedicarme a preparar la larguísima jornada que me espera mañana.

Esperen un momento... ¡Claro que hay algo que puede y saber presentarse solo... o, mejor dicho, sola! Y lo hace muchísimo mejor que la mayoría de los sesudos expertos que lo intentan con encomiable esfuerzo, harta frecuencia y escasos resultados.

Hoy voy a dejar que sea ella quien hable por mí. Aunque, para que no se froten ya las manos con fruición pensando que esto se acaba, les castigaré con un prólogo, más o menos ligerito, pero prólogo al fin y al cabo.

Verán. Escuché por primera vez esta pieza hace muchísimos años. Tantos, que puedo afirmar, no sin rubor, que era una niña. Y si la memoria no me falla, en casa existía la misma versión que les traigo aquí y ahora. Por supuesto me fascinó, si bien es cierto que no volvería a echármela a la oreja hasta bien entrada la adolescencia. Y fue entonces cuando me dio el sarampión del redescubrimiento con tal fuerza que la oía a todas horas, convirtiéndose en mi  composición de "cabecera". Creo que desgasté la cinta de cassette y las cabezas del aparato de tanto como la repetía y repetía. En aquella época no tenía la suerte de poder visitar a nuestra amiga en sus diferentes casas con tanta frecuencia como en la actualidad y no me resultaba fácil distinguir a algunos de sus ilustres componentes. Aun hoy, precisamente por el vicio de ver y escuchar a un tiempo, me resulta muy útil volver a esta composición, de tanto en tanto, para que trabaje exclusivamente el oído en la identificación. Aprendí, distinguí, reconocí.

Me divertí.

Por eso, precisa y justamente por eso... porque me divirtió y me divierte... con la ayuda de la batuta y la voz de un ilustre músico...

.... Señoras y señores.... con Vds...

                                      ¡¡¡¡LA ORQUESTA !!!!

Ella les hablará mucho mejor que yo porque lo hará con notas, sonidos, contrapuntos...
Disfrúten de la obrita, si es que no la han escuchado nunca, y déjense guiar por ella. Es la más capacitada para mostrarles cómo es, cómo se comporta, cómo suena ella misma.



Yo me vuelvo a marchar a mi un poco agobiante, por muy agradable y libremente elegido que sea, quehacer diario. No sé lo que tardaré en volver. Quizá dos días, quizá dos meses... Quizá... Qui sà!

Mientras tanto, sean todo lo razonablemente felices que la situación les permita y disfruten de este tiempo primaveral adelantado y de los almendros y prúnidos en flor, que ya vendrán el gobierno y la sequía a fastidiarles la alegría del momento  y a desbaratarles los planes.

Buenas noches.

B. Britten (1913-1976). Guía de orquesta para jóvenes. Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell. Op. 34. Orquesta Nacional de Francia. Director, Lorin Maazel. Comentada en castellano  por el propio Lorin Maazel . Boosey & Hawkes, Inc. Ltd. y Polydor (Deutsche Grammophon), 1964.



.