Un regalo de Sergio Astorga

sábado, 5 de agosto de 2017

Décima y chimpún







Como a esta condesa siempre le gustaron los números redondos, este gordo 10 es la ocasión propicia para lo que llevo mucho tiempo retrasando. 

Qué mejor momento que haber logrado llegar a las 2 cifras para cubrir con sábanas blancas los muebles del trasnochado saloncito dieciochesco, para guardar en sus carpetas los viejos vinilos, los presuntuosos láser disc, los prácticos DVD...

Sí, mis queridos lectoyentes, el blog Variaciones Goldberg cierra sus puertas. Comprendan que lo estaba pidiendo a gritos. Desde hace mucho tiempo no tiene razón de ser puesto que han desaparecido la mayoría de los pequeños motivos que le daban sentido: no se pueden escuchar ya las piezas de casi ninguna  entrada y queda así deslucido e inútil. Ámén de que esta aristócrata sentimental y algo bobalicona cada vez está menos ocupada en darle lustre y brillo y, claro, el pobre se le cae a pedazos, roído por todas las esquinas blogocoseras. 

Gracias pues a todos por estos años de compartir risas, palabras, compañía y especialmente música. Me llevo algunos buenos amigos -de los de verdad- a los que aprecio y quiero, algún que otro mordisco atizado por algún que otro maltratador de la red  -que haberlos haylos-, unas cuantas horas de dedicación, mucha amplitud de miras, cientos de horas de escucha atenta y toda la música del mundo. 

No es mal balance. En absoluto.

Y como broche final, pues ¡qué esperaban! No podía ser de otra manera. Las dichosas, queridas, recién estrenadas siempre variaciones del viejo peluca. En concreto, la primera que salió de los dedos del canadiense excéntrico, extravagante malgré lui y genial Glenn Gould.

Hasta siempre y... 

¡¡¡CHIMPÚN!!!



lunes, 26 de junio de 2017

Ocho: teatrillo final






M.-  por qué te empeñas?
F.-   Te quiero.
M.-  no es verdad no me querías te agarras a mí por egoísmo
F.-    ¿A santo de qué..?
M.-  necesito que me dejes en paz
F.-    Yo solo quería…
M.-  ocho años ocho años pegada a mí como una lapa
F.-   ¡Qué injusto eres!
M.-  no no lo soy eres tú quien sigue erre que erre
F.-    No es tan malo recordarte.
M.-  déjate de monsergas estoy muerto MUERTO a ver cuándo te enteras los muertos huelen hay que enterrarlos que se vayan zas se acabó
F.-    Pero si no le hago daño a nadie.
M.-  eso te crees tú claro que haces daño un daño estúpido un daño que no lleva a ningún sitio me haces daño a mí
F.-    ¿A ti? ¿Porque no te olvido?
M.-  cómo te han gustado siempre las palabras gordas no me recuerdas te justificas y de paso te consideras necesaria lo dicho me usas para mirarte el ombligo soy tu excusa con tal de no hacer lo que tienes que hacer
F.-    ¿A qué viene esto de repente? No me lo merezco.
M.-  mírame mírame por una vez de verdad y pregúntate por qué lo haces si eres sincera no te va a gustar lo que te contestes no me salves no quiero que te sacrifiques por mí ni que me muestres lealtad y afecto sé que los tengo ya es hora por favor
F.-   ¿Seguro que es eso lo que quieres?
M.-  sí y que dejes de una vez este lugar que no hay razón para que sigamos aquí ni tú ni
yo
F.-   De acuerdo… el ocho será el último. Pero hacerlo no es fácil. Tendrás que ayudarme.
M.- no es difícil solo hay que dejarse ir dejarme ir
F.-  ¿Como borrar un dibujo con cuidado?
M.- como jugar al corro cantando bajito y arrastrando los pies
F.-  ¿Así?
M.-          así
F.-                 Adiós
M.-                          adiós
F.-                                      Duele un poco
M.-                                                              pasará
F.-                                                                             ¿Manuel?
M.-                                                                                             …

F.-                                                                                                        te    q  u     i         e          r  


Richard Wagner (1813-1883).- Balada de Senta) "Der fliegende Holländer" ("El holandés errante"). Nancy Weissbach, Senta. Via thesopranomania